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viernes 20 de enero 2017

#Tupiratasoyyo

Jorge Cruz

Barcos revolucionó los últimos días del libro de pases en Ecuador. La llegada de Hernán hizo que los periodistas e hinchas voltearan a ver a Liga con más atención, que la mirada dejará al menos por unos segundos al Astillero.


Hasta antes del fichaje del ex jugador de Vélez, las llegadas de Olivera, Salaberry y Munúa mostraban que la U buscaba un mejor año, pero aún no cuajaba como candidato, al menos para pelear el campeonato. Es que el caudillismo se volvió una práctica usual y casi necesaria en el fútbol ecuatoriano; qué sería de Barcelona sin el Kitu o de Emelec sin Neme; todo equipo necesita un rostro a quien rezarle. Hoy por hoy Barcos es esa faz para Liga. Ya tienen al santo, veamos si consigue devotos...


Cuando los medios empezaron a mencionar a Barcos empezó el #Retopirata, que se tomó Twitter, Facebook, Instagram, Tinder… todas las redes posibles. Los hinchas albos se tapaban un ojo para mostrarle al mundo su apoyo al delantero. Lindo… pero esta viralización mostró también un par de cosas: 1. Que los hinchas de Liga siguen por ahí y que sí tienen internet, a pesar de lo que dicen los seguidores de otros equipos; y 2. Que están pendientes y que quieren apoyar a su equipo, al menos desde la computadora. Digo esto último porque siempre se la achaca al hincha de Liga (en general) su tibieza. Porque Ponciano está lejos, porque el equipo está mal, porque los jugadores no sienten la camiseta… cada año se dicen cosas similares.

En los últimos años del siglo XX el hincha de Liga iba a conocer el estadio, luego iban a ver al Mago Salas, luego a gritar con orgullo sus campeonatos internacionales. Ahora, después de que todo eso ha pasado, a 20 años de inauguración de Casa Blanca:¿es Barcos quien puede motivar al hincha blanco?

“Tú pones el corazón, nosotros la fiesta”
dicen los anuncios de este año de la U. La hinchada quiere que el equipo les demuestre cosas en la cancha y el equipo pide lo mismo de la hinchada en las gradas. Esta dualidad entre hincha/jugador que se quebró un poco en el 2016 es el reto de Liga, quizá este tampoco sea el año del campeonato, pero al menos debería ser el de la reconciliación, entre un equipo que juegue y meta, y una hinchada que vaya y cante.