¿Los árbitros son intocables?
En la pasada jornada del Campeonato Nacional, un par de árbitros, en compañía de sus asistentes, presentaron carteles ante la afición y los medios reclamando por las decisiones de la Comisión de Apelaciones, que levantó o recortó sanciones sobre jugadores.
Fue su manera de protestar porque consideran que a sus decisiones arbitrales les restan validez.
Pero, ¿ellos son conscientes de que realmente también cometen errores en sus actuaciones, que juzgan de diferente manera cada acción en la cancha y que sí perjudican muchas veces a los clubes con sus decisiones? Es cierto que son humanos y fallan ‘involuntariamente’, algo que solo ellos en sus subjetividades conocen.
Lo real es que los jugadores de fútbol también son humanos y por eso son susceptibles a reaccionar cuando consideran que hay injusticia en su contra.
El hombre, por naturaleza, se protege cuando se siente amenazado. En este contexto, en esta segunda etapa del torneo sí se han visto entradas fuertes y provocaciones que no han sido sancionadas por los réferis, y que generan airadas reacciones en los afectados: su castigo, expulsiones o amonestaciones.
Las reiteradas quejas de los actores en el campo -y fuera de él (técnicos, jugadores, directivos y hasta la prensa deportiva)- denotan que el trabajo del árbitro ecuatoriano, no de todos, está mal sustentado.
Lo negativo es que los réferis solo han tomado la postura de victimizarse y no han sido capaces de hacer un mea culpa para admitir que se han equivocado.
Luis Muentes, quien representa al gremio arbitral, solo ha aparecido en los medios para criticar a los directivos de los clubes que protestaron en su contra y que lograron que sus jugadores fueran habilitados. Pero en ningún momento fue capaz de al menos ofrecer cambios en sus colegas y garantizar un referato más justo, equitativo. Que las manos en las áreas, faltas y exhibición de tarjetas sean sancionadas con el mismo criterio para todos los futbolistas y clubes. Esa ha sido la exclamación de los afectados… y es un pedido razonable.