Periodista con 11 años de experiencia que admira al fútbol y todo lo que este apasionante mundo envuelve. Licenciado en Comunicación Social, formado en diario El Comercio por grandes editores y con trayectoria en otros medios como diario Hoy, TV Hoy y Grupo Radial Delgado. Twitter: @Fabychocolate
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viernes 02 de marzo 2018

Es hora que los directivos miren más allá del color verde

Fabián Alarcón

La creación de la Liga Profesional de Fútbol en Ecuador puede ser positiva para el desarrollo de este deporte en nuestro país. Pero, a su vez, también puede significar un retroceso, que es lo más posible.


Desde el punto de vista positivo, realmente los clubes serán los encargados de manejar sus propios recursos con los ingresos que consideren convenientes para armar sus planteles y presupuestos. Podrán estructurar nóminas competitivas en la mayoría de los casos, planear remodelaciones o construcciones de estadios, de infraestructuras deportivas y demás.


Los clubes tampoco tendrán pretextos para excusarse ante sus acreedores, escudándose en la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) y los derechos de televisión.


Sin embargo, sí hay temas para preocuparse. Primero, los directivos ya dejaron en claro que la promoción de juveniles se convertirá en un tema secundario. Desde que tuvieron el poder de decidir en la FEF tras la salida de Luis Chiriboga (quien los obligó con la normativa vigente desde el 2006), prácticamente abolieron esa regla y la poca experiencia de los juveniles se ha visto reflejada en las selecciones menores, que han vuelto a reiterados fracasos por falta de experiencias.


Luego, la ambición mostrada por el tema de los derechos de televisión dejó en evidencia que solo les interesa los millones que puedan ingresar a las arcas de los clubes, sin importar la necesidad y las posibilidades del espectador, el hincha que no puede asistir a los estadios por cualquier motivo.


Finalmente, la Liga tendrá solamente a tres o cuatro equipos siempre como protagonistas, tal como ocurre en España, del país que casualmente llegó el director de la La Liga para dar su asesoría. En esa nación el torneo se volvió aburrido porque el poder entre el FC Barcelona y el Real Madrid es abrumador en relación con un Atlético de Madrid que trata de meterse en la lucha y 37 equipos más que solo compiten.


Si quieren replicar el modelo europeo, el inglés es el ideal porque ahí sí compiten todos debido a la repartición que incluye a los clubes considerados chicos, porque sí proyectan talentos y porque el aficionado sí es tomado en cuenta como parte íntegra del torneo en las gradas y fuera de ellas.


En otras palabras, si los directivos consideran que crear una Liga Profesional sirve solamente para llenar los bolsillos, están equivocados. Se trata de toda una reestructuración del fútbol nacional que genere competitividad nacional e internacional, equipos sólidos económicamente, con bases fuertes en categorías menores, torneos atractivos y una cantera inagotable de talentos para las selecciones.


El resultado serán hinchas felices y campeonatos exitosos. Es hora que los directivos miren más allá del color verde.