Había un 'monstruo' llamado Brasil

Genera nostalgia recordar a ese Brasil del ‘jogo bonito’ que le permitió levantar cinco veces la copa del mundo y ser reconocido como el país con los jugadores más talentosos del mundo. Pero, ¿qué pasó con ese fútbol vistoso, con esos malabaristas del balón que generaban la envidia y admiración de propios y extraños? 

El hablar de Brasil en fútbol es sinónimo de historia, títulos, talento, pero sobre todo, juego vistoso. El ‘pentacampeón’ levantó la Copa del Mundo en 1958, 1962, 1970, 1994 y 2002; mientras que en la copa América se coronó campeón en ocho ocasiones. Esto la convierte en la selección más laureada de la historia.

En la actualidad vemos a una ‘canarinha’ irreconocible, mezquina de espectáculo, apática, con el fantasma del fracaso rondando su camerino.
El principal motivo es el cambio de trabajo en sus divisiones formativas, donde al jugador ya no se le trabaja con ese talento innato que lo convirtió a Pelé en “rey”.

El enfoque ahora se fundamenta en lo físico, donde la mecanización, el gimnasio exagerado, convierte al futbolista en una máquina.

A pesar de ello, el ‘scratch’ sigue siendo una cantera de talento del fútbol, porque siempre va a existir un rebelde que se salga del libreto, con la virtud de la improvisación, con la magia en sus botines, convirtiendo una simple jugada en algo tan maravilloso como la poesía o la música.

Hoy Neymar es su reflejo, en el futuro tal vez sea Gabriel. Siempre habrá ese rebelde. 

¿Había una vez un “monstruo” llamado Brasil? No señores, el monstruo siempre va a existir para la alegría del fútbol.