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Sabella, el abogado de la razón

Mauricio Bayas,

EL LIMOSNERO

Argentinizados y bombardeados del u2018estilou2019 de periodismo gaucho con el que se vive acá en Ecuador, es fácil recordar cómo casi todos los medios golpeaban a Alejandro Sabella con las críticas cuando empezaba el largo peregrinaje, que terminó ayer con el subcampeonato mundial para Argentina.

@maobayas

Le daban palo sin miedo. En octubre del 2011, el gran César Luis Menotti se mandó un petardo que estalló y esparció esquirlas por todo lado con lo que dijo: “para tener un buen equipo, falta un buen DT”. A u2018Pachorrau2019, como le dicen al técnico, le regaron gasolina porque su equipo no jugaba bien en eliminatorias y siempre lograba triunfos por las individualidades que asomaban.

Se clasificó al Mundial entre críticas y lo subieron al paredón de los acusados cuando dio la nómina mundialista. Le volvieron a decir de todo al abogado, que entró a la universidad a estudiar Derecho y graduarse entre su retiro del fútbol y antes de que sea asistente de Daniel Pasarella.

En titulares de prensa hablaron de que convocaba a un arquero suplente de segunda como Sergio u2018Chiquitou2019 Romero y a un inexpresivo Marcos Rojo. Acusaron al entrenador de u2018amiguismou2019 por llamar a jugadores con los que llegó al título de la Libertadores con Estudiantes de la Plata, en el 2009.

Hubo intentos para que ingresara en la nómina mundialista Carlos Tévez, pero Sabella puso el pecho a la balacera y soportó el temporal. Llegó a la final del Mundial en su ley. Con Romero de figura, atajando penales, y Rojo de titular indiscutible. Supo cómo hacer jugar a Messi y a los intocables Agu00fcero e Higuaín.
Sabella no tuvo sacristanes de su creencia futbolística en los medios argentinos que lo defendieran a muerte como a Maradona o Bielsa. No fabricaron la marca consumible ni posicionaron al técnico en el imaginario de la gente. Todos desconfiaban de su techo.

Quizá en poco tiempo Sabella sea recordado solo por su accidentado movimiento, con el cual casi se cae en la zona técnica en uno de los partidos o por el agua que le lanzó Ezequiel Lavezzi mientras recibía instrucciones. Creo que Sabella es más que eso. Es el fabricante de un subtítulo que aunque para los argentinos no brille, para el fútbol es bastante. Eso sí, con un estilo no tan vistoso, pero que a Sabella ya le ha dado éxitos.

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