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Los capítulos que se le olvidaron al ingeniero Chiriboga

Mauricio Bayas,

EL LIMOSNERO

Después de media hora en la que el ingeniero Luis Chiriboga informó lo realizado en su gestión, el primero que intervino fue Miller Salazar, presidente de Macará. Cómo no iba a agradecer el directivo ambateño y pedir los aplausos cuando su equipo fue uno de los beneficiarios de los 1,5 millones que se repartieron por anticipado a los clubes.

 @maobayas

La Ecuafútbol fue la madre Teresa de Calcuta al prestar otros USD 2 millones para evitar el hundimiento y poner cortinas a la crisis que todavía vive el fútbol ecuatoriano. Tantas hojas que se leyeron en el Congreso Ordinario y hubo cosas y errores que se ignoraron.

A las exorbitantes cifras que resaltó Chiriboga y a la apergaminada gestión, le faltaron los capítulos negros y tristes de nuestro fútbol. El ingeniero nunca informó que en julio del 2014 se dio la primera paralización de futbolistas por las deudas de los clubes. Pasó por alto la destacada actuación de Edwin Tenorio, vicepresidente de la Agremiación de Futbolistas del Ecuador (AFE), al unir al gremio de jugadores en un hecho histórico. Había que elevar la voz para decirles a los dirigentes que ellos no hacen goles en las canchas cada domingo. Recordarles que son una parte importante del fútbol, pero no la más importante dentro de toda la estructura.

El desgastado refrán “prohibido olvidar” cabe para añadir más hojas al informe adjuntando las escandalosas fotos cuando los jugadores del Deportivo Quito (en octubre) intentaron paralizar un partido y se enfrentaron con la Policía en las gradas del Atahualpa.

Había que ponerle un asterisco en puntos varios para detallar que antes del Mundial, Chiriboga se apuró en criticar a Énner Valencia por haber venido a grabar un comercial con una firma de bebidas hidratantes que no era auspiciante de la Selección. En otra línea se debieron agregar los expedientes abiertos a todos los dirigentes que en su momento se atrevieron a criticar la gestión de la Federación.

Y finalmente le faltaron los dos capítulos más importantes: cómo salir de la crisis y la implementación de un proyecto sostenido para las formativas. Bajo la justificación que los clubes no son sujetos de crédito, el fútbol se seguirá manejando así y no creo que vaya muy lejos. ¿Cómo entender el concepto del reparto del dinero que hizo la FEF? ¿Ayuda? ¿Fórmula clientelar?

Que en los cuatro años que vienen ya no se cometan tantos errores y que cuando sea la hora de los balances se incluya lo bueno, lo malo y lo feo. Caso contrario hay que entender que la omisión también es un pecado.

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