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La desaparición es una opción

Santiago Guerrero,

EL APÓSTOL SANTIAGO

Las cifras en el Deportivo Quito no son claras y no lo han sido desde hace algunos años. En el 2014, la dirigencia de Santiago Ribadeneira calculó un aproximado de USD 20 millones de pasivos, pero en realidad no se conoce públicamente con exactitud cuál es la deuda total del equipo de la Plaza del Teatro.

@sasty7

Para poder jugar ante Liga de Loja, los chullas necesitan pagar cerca de USD 200 mil, cantidad que es muy probable que aparezca hasta el viernes. Sin embargo, un empate podría sentenciar al Quito a jugar la próxima temporada en la Serie B.

Descender sería catastrófico para el autodenominado 'equipo de la ciudad'. En la B, los ingresos de los clubes son mucho menores por derechos de televisión, publicidad en el uniforme, taquilla, etc. Pero se mantienen pagos constantes como traslados, hoteles, alimentación, salarios de personal administrativo y nómina de jugadores, que debería costar aproximadamente USD 1 millón por toda la temporada.

Y lo peor de todo es que los pasivos se mantendrían. Es decir, los ingresos bajarían drásticamente, pero el Deportivo Quito seguiría debiendo esos USD 20 millones calculados en la dirigencia de Ribadeneira.

La otra opción que ha sonado en estos días es que el cuadro chulla no alcance a pagar sus deudas inmediatas, no se presente ante Liga de Loja y pierda la categoría. Es decir, caería directo a Segunda categoría, lo cual, desde el punto de vista financiero, es mucho peor que la B.

En Segunda, el torneo es complicadísimo -si no pregúntenle al Aucas-. Se mantienen gastos de traslados, hoteles, alimentación, salarios de personal administrativo y nómina de jugadores; mientras los ingresos serían mínimos porque Deportivo Quito pasaría a convertirse en una marca sin exposición y muy pocas empresas estarían dispuestas a invertir. Aparte, la deuda de USD 20 millones no desaparece.

¿Qué queda? Bueno, aunque suene duro y doloroso, ha llegado el día de plantearse la posibilidad de que Deportivo Quito, como tal, deje de existir.

En ese caso, las deudas no desaparecen por completo. El club deberá liquidarse y de lo que se pueda vender se pagará a algunos acreedores. En otros casos, si es que los exdirigentes firmaron letras de cambio a título personal, deberán pagarlas ellos mismo. Eso sí, mucha gente se quedará sin cobrar su dinero porque lo que tiene el Deportivo Quito no alcanzará para pagar todas las deudas pendientes.

Las malas decisiones, los malos negocios, los fichajes equivocados, los contratos rotos, los títulos inflados con salarios fuera de la realidad económica del club, los despidos, la irresponsabilidad... han llevado al Deportivo Quito al peor momento de su historia. Quedan muy pocas opciones de vida y parece que la muerte está cada vez más cerca.

Doloroso pero cierto.

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