La famosa orejona, el trofeo de la Champions League, que el Real Madrid ganó en 10 ocasiones, el más ganador de la historia. Foto: Jonathan Machado

La famosa orejona, el trofeo de la Champions League, que el Real Madrid ganó en 10 ocasiones, el más ganador de la historia. Es lo más destacado del museo del cuadro merengue. Foto: Jonathan Machado

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1 de diciembre de 2016 14:45

Un viaje por la historia del Camp Nou y el Santiago Bernabéu

Jonathan Machado

El ‘museu’ del Fútbol Club Barcelona está entre los cinco museos de España que reciben a más de 1,5 millones de turistas al año. Según cálculos del Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya, es el lugar al que llegan más turistas en la región y que deja al club aproximadamente 32 millones de euros en ventas de entradas, camisetas, mochilas, jarros, llaveros, medias, bolígrafos, etc. 


Esos son los números fríos de la casa de Messi, Iniesta, Suárez y Neymar. Lo que no dicen esas cifras es que al llegar a las inmediaciones del estadio, las ansias por conocerlo crecen con cada paso. Lo que se ve al ingresar al complejo es un callejón en el que ‘stands’ de comida y souvenirs se juntan con una larga fila que alcanza los veinte metros en la boletería. Los guardias piden refuerzos para poner orden a una muchedumbre que pugna por un ticket de 23 euros para ingresar, como si se tratase de un partido oficial.

Barcelona museo


Como en cualquier museo, hay piezas majestuosas y muy valiosas. La diferencia es que allí no hay un cuadro de Picasso o de Rembrandt, ni una escultura de Rodin o Calder. Tampoco hay una fotografía de Sara Facio o de Sebastián Corral. Lo que se ve: botines de oro, trofeos nacionales, copas internacionales, campeonatos mundiales, camisetas y guantes históricos.

Lo que ocurre adentro es parecido a un culto religioso. Niños, adolescentes y uno que otro adulto tocan las fotos e imágenes del mejor jugador del mundo. Celebran sus goles como si estuviesen en los graderíos y sueñan con parecérsele.

El ‘museu’ muestra los pasillos por los que recorren diariamente los ‘cracks’ del balompié moderno. Esos jugadores que llegaron a formar el mejor equipo de fútbol de la historia, cuando Messi se juntaba con Iniesta, Xavi, Busquets y no había quien pueda sacarles el balón. En las diferentes salas hay monitores táctiles que grafican la historia del club desde su fundación hasta la actualidad. Los visitantes miran asombrados las grandes pantallas en las que se proyectan los goles épicos de los ‘culé’, mientras que otros escuchan los cánticos de los hinchas que suenan en los parlantes a un costado del lugar.

Un rincón especial es la ‘zona Messi’. Una oda al jugador que ha hecho posible lo imposible. Sus camisetas, trofeos personales y goles recuerdan los momentos que hicieron de este argentino un jugador eterno. Los flashes fotográficos llueven y la gente se amontona. Las fotos no son claras por la escasa luz y por el apremio de las interminables filas.

Al finalizar el recorrido interactivo se llega a la cancha del estadio. Es un encuentro mágico en el que se reviven las jugadas de Maradona, Messi, Romario y otros artistas que pisaron ese suelo. En el césped del Camp Nou, los turistas no dejan de tomarse fotografías y recordar las jugadas que algún día vieron por televisión y que las viven como si sucedieran en ese instante.

FC Barcelona


Para el 2022, la dirigencia del Barcelona tiene en mente la culminación del complejo Espai Barça, con el nuevo Camp Nou y el nuevo Palau Blaugrana. Constituye una obra de vital importancia para la viabilidad económica. El proyecto patrimonial, calculado en unos 600 millones de euros, será el principal motor económico de la entidad. Las autoridades calculan que recibirán un mínimo de 20 millones de euros anuales por este concepto.

De Barcelona a Madrid


A 620 kilómetros -o a dos horas y media en tren rápido- del Camp Nou está otra meca del fútbol: el Santiago Bernabéu.

Al salir de la estación del metro de Madrid, que lleva el nombre del estadio, un imponente monstruo de cemento blanco se alza sobre la calle Paseo de la Castellana, en el distrito Chamartín de la capital española. Lo que se ve al instante en letras grandes: Estadio Santiago Bernabéu. Unos metros abajo resalta el escudo de esta entidad deportiva. Es la primera parada en la que cientos de turistas de todas partes del mundo sacan sus celulares, con o sin selfie stick, y cámaras para guardar el primer recuerdo de uno de los estadios más importantes del mundo.

Las señales de ‘Tour Bernabéu’ dirigen a la puerta 7, donde por 20 euros se consigue el boleto para conocer las instalaciones del equipo merengue, máximo ganador de la Champions League con 10 coronas.

Los controles de seguridad empiezan desde la primera puerta. Los guardias privados, que visten camiseta amarilla, pantalón y gorra negros, revisan minuciosamente a los visitantes, como si se tratase de un aeropuerto. Las mochilas pasan por un escáner para evitar que ingresen armas, sustancias explosivas o cualquier producto que pueda causar accidentes.

La tercera bandeja es al primer lugar al que se llega. Se puede subir por escaleras eléctricas o por las tradicionales. Desde allí se admira toda la belleza y majestuosidad del escenario deportivo, que recibe a más de 900.000 turistas al año y que dejan al club alrededor de 16 millones de euros. Nuevamente aparecen los celulares y cámaras.
En la tercera bandeja, los turistas siguen en el ritual de las fotografías hasta que otro pedazo de multitud llega y se hace imposible sacar más recuerdos. El camino continúa hasta la ‘Sala Mejor Club de la Historia’. Un centenar de monitores digitales recrean los mejores momentos del club: sus copas nacionales, sus ‘orejonas’, sus goles, sus ídolos.

Pantallas que cubren las paredes muestran las jugadas que quedaron marcadas para siempre en la mente de los seguidores madridistas, como las del magistral Alfredo Di Stéfano o las chilenas de Hugo Sánchez o los goles de Raúl González y del último héroe: Cristiano Ronaldo.
Las indicaciones muestran que hay que seguir la ruta hacia abajo. Durante el trayecto se observan más fotografías, más trofeos, más historia. Una luz al fondo del callejón es una señal de que una nueva sala está lista para recibir a los visitantes. El lugar se convierte en el túnel por el que los mejores futbolistas del mundo utilizaron para saltar a la cancha. La sensación de ser un jugador profesional famoso se adueña de la cabeza y las sonrisas de niños, mujeres y hombres se dibujan en los rostros.

El césped del Bernabéu es una mancha verde perfecta. No tiene huecos, no tiene chambas, no tiene tierra. Tiene historia, tiene olor a fútbol. Tiene gloria.

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