¿Antonio Valencia jugó su último partido con la Tri?
Nadie duda que Antonio Valencia es el mejor jugador que tiene Ecuador en el exterior. Sus logros con el Manchester United no tienen comparación con ningún otro futbolista ecuatoriano, pero al momento de jugar con la Selección su desempeño siempre queda en tela de duda.
El 'Toño' ha vivido momentos intensos en la Tricolor. Marcó dos goles en la espectacular remontada a Paraguay en la clasificación a Alemania 2006, entregó el centro a Jefferson Montero para certificar el pasaje a la Copa del Mundo de Brasil 2014 y bailó a Argentina en el único triunfo ecuatoriano en Buenos Aires.
Pero esas grandes actuaciones también se han visto empañadas por un Valencia temperamental, a quien le cuesta en Selección mantener la compostura que exhibe en los partidos con el Manchester United, del que ahora es capitán.
Fue expulsado en el partido con Francia en el Mundial de Brasil 2014 y frente a Estados Unidos en la Copa Centenario 2016. Los dos eran importantes y certificaron costosas eliminaciones para la Tricolor.
Este jueves 5 de octubre en el compromiso con Chile volvió el Valencia errático. El 'Toño' al que le costaba defender el balón, desplegar su velocidad por los costados y hacer los centros a tres dedos al área rival.
No hubo el jugador al que el DT José Mourinho considera como el mejor lateral derecho del mundo en un regalo que le hizo a la Selección chilena en el gol de Eduardo Vargas.
La segunda tarjeta amarilla que acumuló, tras una falta sobre el chileno Pedro Pablo Hernández, también le costará su presencia en el duelo contra Argentina en Quito.
El 'Toño' que aplaudió la renovación se queda sin eliminatorias y sin el esperado duelo contra Lionel Messi. Ya meditó su retiro de la Tricolor después de la funesta campaña de Gustavo Quinteros y tendrá 37 años si Ecuador lograr clasificar a Qatar 2022.
Quizá sea el último partido de un Valencia, al que le faltó poco para ser el referente que necesitaba la Selección ecuatoriana para asistir a Rusia 2018. Sin recambio y con pocas caras nuevas es poco probable que alguien alcance su desempeño y mucho menos sus logros internacionales. Más allá de sus fallos y calamidades, es el mejor jugador que tenemos.