Ismael
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¿Y si Blanco fuera azul?

Mauricio Bayas,

EL LIMOSNERO

Un ejercicio sencillo. Por un momento imagínense a Ismael Blanco jugando con la camiseta de Emelec. Sería más famoso de lo que ya es. Querido por el presidente Rafael Correa (no lo quisiera expulsar sino nacionalizar) y estaría listo para entrar en el club de los goleadores del fútbol ecuatoriano con todos los honores. El u2018Zorrou2019 en Barcelona tiene lo que a Emelec le falta: el alma goleadora.

@maobayas

Blanco volvió a parecer el actor de la película en la que el u2018chullitau2019 se levanta cuando pareció estar muerto y todo un ejército se motiva viéndolo resurgir de las cenizas. El atacante argentino tiene toda la pinta para grabar una película como las de Rambo con el gol que hizo en la final de ida en el estadio Monumental para empatar a Emelec 1-1.

Barcelona estaba caído. Perdiendo una batalla. En 20 minutos del primer tiempo, los jugadores de Barcelona parecían los pasajeros del Titanic sin atinar qué hacer. Se le abrieron huecos por todo lado al equipo de Rubén Israel. Luis u2018Gordo Luchou2019 Caicedo era un electricista en medio del agua cuando en otras veces ha sido un buen plomero. Estaba tan nervioso que perdió las marcas, la pelota y contagió de inseguridad a los volantes amarillos. Ángel Mena en el ataque de Emelec se alcanzó para ponerles a rezar a los amarillos en los contragolpes.

El barco canario no se hundió porque Emelec no sabe aprovechar las ocasiones que crea. Miler Bolaños tuvo dos chances de volver un cementerio al Monumental, pero no las aprovechó. El primer round, el u2018Bombillou2019 dio un gancho (el gol de Mena), tres golpes tibios (las oportunidades de aumentar el marcador) y anduvo guapeando en el ring. Justificó porque es el mejor del Campeonato con buen fútbol, pero sin reflejarlo en el marcador.

En la etapa complementaria, Barcelona mejoró. Parchó los desperfectos y ya no fue tan somnoliento en la cancha. Ya supo protegerse mejor y cuando parecía que el primer episodio se cerraba con el festejo eléctrico apareció, en medio de las tinieblas, Blanco. Lo hizo para evitar la tragedia de que miles de hinchas que gastaron una parte del ingreso económico de diciembre salgan sintiendo que la estrella 15 se estaba yendo donde el vecino del frente.

Si esto fuera una película y Blanco estuviera en Emelec ya hace rato tenía el típico final de: u2018vivieron felices por siempreu2019. Pero no. Blanco es la pesadilla de los azules que puede convertir el sueño amarillo de ser campeones en una realidad, muy a pesar de que el juego no sea tan vistoso. Lo podrán expulsar del país a Blanco, pero es el u2018corazón valiente' de los toreros y hasta pide espacio en los nacimientos navideños. El domingo se verá el último capítulo de esta novela. u00a1Cuidado con el 'zorro'!, que anda suelto, con mucha suerte y es amarillo. No azul.

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