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El regreso del delantero Denis Stracqualursi a Emelec es casi un hecho. Foto: BF

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Stracqualursi: el mito de la solución total en Emelec 

Francisco Sandoval

El Iluminado 

u00a1Alegría en la hinchada azul! La dirigencia confirmó (o al menos, la prensa dice que lo hizo) el retorno de Denis Stracqualursi, delantero argentino que formó parte de la plantilla que logró los títulos del 2013 y 2014.

@emelec_max

La emoción de la parcialidad u2018eléctricau2019 por el regreso del ariete de apellido difícil de leer (razón por la cual el apodo u2018Tracau2019 ganó fuerza en nuestro medio) se sustenta en la garra y entereza con la que defendió la camiseta del u2018Bombillou2019, la cual se tradujo en un estilo aguerrido de juego, así como en sus goles, algunos de los cuales son muy recordados, como el doblete que marcó apenas llegó al club. u00a1Y en pleno Clásico del Astillero!

Y aunque sus goles no fueron demasiados (personalmente, esperaría más de un delantero al que todo el mundo señala como u2018goleadoru2019), la comparación con su sucesor (Emanuel Herrera, nada más y nada menos) lo favorece enormemente. Ver al u2018Tanqueu2019 fallar sistemáticamente frente al arco fecha tras fecha solo alimenta el mito de que el u2018Tracau2019 será la solución a todos los males de Emelec, evidenciados en los amistosos de pretemporada y en la primera fecha del torneo, ante Universidad Católica. Pero, ¿en realidad lo será?

Es innegable: la falta de contundencia de la delantera u2018millonariau2019 le ha costado al equipo más de un punto, más de un partido. Pero una mirada un poco menos prejuiciosa llevará nuestra atención a otros sectores de la cancha. Miremos, por ejemplo, a la defensa. La lesión de Achilier y Bagu00fcí y la salida de Narvaez evidencian claramente la falta de recambio existente en esa zona. La labor de los reemplazos, entre suplentes, reservistas y u2018futuros cracksu2019, solo ha logrado agigantar la figura de Esteban Dreer, quien no para de lucirse a fuerza de apagar incendios, tal como lo hizo Elizaga la década pasada, apremiado por las mismas carencias defensivas.

Y no es solo cuestión de talento (o falta de él). Aquí, la irresponsabilidad también juega en contra. Es que la forma en la que un jugador experimentado como José Luis Quiñonez fue capaz de hacerse expulsar ante un rival tan ofensivo no podría catalogarse de otra manera. Peor aún: la actitud de Achilier, titular inamovible, no suele ser muy diferente. Aunque viéndolo positivamente, tal vez sea la oportunidad para que Pinillo (de excelente desempeño en la primera final 2015) logre ganarse la titularidad.

Respecto al mediocampo, no hay mayor cosa que decir. A mi criterio, es el sector con menos falencias y más variantes con el que cuenta el equipo. Liderados por Pedro Quiñonez (a quien parece que los cursos de autocontrol sí le están dando resultadou2026 a veces), la labor de Gaibor, Giménez, Mena, Mondaini, Burbano, el aún resistido Lastra y muchos más ha sido gravitante en los últimos éxitos deportivos del equipo, pese a las largas e innumerables lesiones que han mermado su desempeño a ratos. Y por lo visto hasta ahora, la llegada de Guanca y Matamoros es una buena razón para ser optimistas.

Finalmente, la delantera. El lugar desde el que se espera que el u2018Tracau2019 opere sus milagros sufre desde hace tiempo por la desesperante inoperancia de Herrera (y la terquedad técnica y dirigencial de mantenerlo en el equipo, y encima como titular). Pero ahora podría sufrir mucho más por la salida de Miller Bolaños, cuya magnífica producción goleadora del 2015 será la principal presión que el argentino procedente de Lanús sentirá desde el momento que ponga un pie en la cancha.

Haciendo uso de todo nuestro optimismo, los hinchas de Emelec apostamos a que el regreso de Stracqualursi solucionará el ya fastidioso problema de la falta de gol. Pero no hay optimismo que alcance para suponer que el u2018Tracau2019, por muy contundente que sea frente al arco, será la solución mágica para que el equipo deje de perder puntos por culpa del torpe funcionamiento colectivo en ciertos sectores. Eso no está ni en los pies ni en la cabeza de jugador alguno. Está en manos de Neme, De Felippe y compañía, que seguramente están conscientes de que las expectativas de la hinchada para el 2016 son más altas que nunca.

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